Cuando el objetivo es perder grasa hay cosas que tenemos que tener muy claras en nuestro entrenamiento, como que debemos de hacer una actividad cuya intensidad nos permita estar mínimo media hora moviéndonos. De nada sirve por ejemplo correr muy rápido durante 5 minutos si luego no podemos seguir, lo que interesa que quemar calorías durante un tiempo prolongado, esa es una de las claves del entrenamiento quema grasa.
Un ejercicio moderado va a incrementar la quema de grasas frente a la de hidratos de cárbono, y estas grasas se van a movilizar sobre todo cuando llevamos unos 10-15 minutos activos, por eso interesa practicar una actividad motivante, con la que nos sintámos cómodos y podamos estar un buen rato sin sufrir en exceso.
Bici, nadar, correr, spinning, elíptica o senderismo son deportes que a una intensidad correcta podemos mantenerlos un buen rato y como movilizan la mayor parte de los músculos del cuerpo, ayudarán a quemar más calorías por minuto, que es lo que nos interesa.
Lo bueno de este tipo de entrenamiento es que crean una deuda de oxígeno, es decir, cuando paramos los músculos siguen quemando calorías, que sobre todo son a base de grasa. Pero es importante también tener un tiempo de recuperación, sino podemos entrar en un estado de fatiga crónica que nos impida hacer ejercicio con eficacia, por eso alternar día sí y día no este tipo de entrenamientos es lo mejor, donde incluso podemos combinarlos con ejercicios de pesas.
Hacer pesas también puede ser un entrenamiento quema grasa, pero si se hace con poco peso y aumentando el número de repeticiones, ya que así podemos estar más tiempo haciendo el ejercicio. Para quemas grasas utilizando las pesas lo ideal es montarnos un circuito de pesas, con unos diez ejercicios y haciendo 20-25 repeticiones de cada ejercicio, así en 15 minutos trabajamos todo el cuerpo, tonificamos y al mismo tiempo utilizamos las reservas grasas y no sólo los azúcares.
Como conclusión podemos hacer un planning para el entrenamiento quemagrasa, por ejemplo: lunes, miércoles, viernes y sábado. Podemos proponernos hacer cada día una actividad aeróbica diferente, o en el mismo día hacer 10 minutos de cada actividad. Se puede empezar por hacer 30 minutos al día e ir aumentando 5 minutos cada semana. Los días de descanso los podemos utilizar para tonificar a base de pesas o para hacer estiramientos, senderismo o una actividad más tranquila.
Cuando ya se adquiere cierta forma física los entrenamientos interválicos nos pueden ayudar acelerar la quema de grasas. El entrenamiento interválico consiste en alternar ejercicio intenso con ejercicio moderado, sería como hacer picos de intensidad para despertar al metabolismo y estimularlo. En este entrenamiento se queman más calorías, sobre todo desde que paramos hasta que el cuerpo recupera.
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