Vivimos en un mundo donde la espera ya no es una opción. Estamos condicionados por las demandas y queremos que todo suceda rápidamente. Desde que entramos por la puerta del gimnasio queremos conseguir que todo el mundo sepa y reconozca que estamos más fuertes que el día anterior, que al salir nuestros amigos y amigas nos digan la típica frase “te veo más fuerte, ¿vas al gimnasio?”.