Tu apretada agenda te impide sacar tiempo para ir a un gimnasio a poner tus articulaciones en marcha, pero tu cuerpo... ¡lo necesita! No te apures, existe una solución, y es que hacer ejercicio no siempre significa acudir a un gimnasio. Basta con introducir más movimiento en la vida diaria, sea andando a buen paso, bailando o incluso limpiando la casa a buen ritmo. En tu propio hogar puedes realizar sencillos ejercicios a cualquier hora, que, combinados con tu rutina, te ayudarán a huir del sedentarismo y a quemar esas calorías que te sobran. ¿La clave? Variar en cierto modo algunos de nuestros actos más cotidianos.
1. No seas perezoso y sube siempre las escaleras. Son, a partir de ahora, tus mejores aliadas, y el ascensor ¡uno de tus peores enemigos! Subiendo peldaños, conseguirás endurecer los muslos y los glúteos.
2. Seguro que cada día te sientas un ratito frente al televisor. Si es así, puedes aprovechar a hacer ejercicios con los pies, describiendo círculos. O bien poniendo tus pies en alto y tus piernas estiradas y flexionando el tobillo hacia delante y hacia atrás.
3. Y siguiendo con la tele, sabemos que es una decisión 'complicada', pero prueba a 'esconder' tu mando a distancia en algún lugar donde ¡no lo puedas encontrar!
4. Si vas a limpiar el suelo de tu casa, utiliza la escoba y una mopa en vez del aspirador, pues ejercitas más los brazos.
5. Utiliza durante veinte minutos una bicicleta estática mientras ves la tele o echas un vistazo a una revista.
6. Aunque es una labor que seguro que no te hace mucha gracia, aprovecha para realizar estiramientos en los músculos de la espalda cuando haces la cama, siempre sin forzar demasiado. Tus extremidades superiores te lo agradecerán.
7. Y, por último, si lo que te preocupa son tus piernas y tus glúteos, apuesta por salir de casa y caminar todos los días. Después de comer o cenar es muy recomendable dar un paseo de diez a treinta minutos.
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