lunes, 16 de abril de 2012

Ten paciencia con tus músculos



Vivimos en un mundo donde la espera ya no es una opción. Estamos condicionados por las demandas y queremos que todo suceda rápidamente. Desde que entramos por la puerta del gimnasio queremos conseguir que todo el mundo sepa y reconozca que estamos más fuertes que el día anterior, que al salir nuestros amigos y amigas nos digan la típica frase “te veo más fuerte, ¿vas al gimnasio?”.
Aunque comes bien, entrenas bien, descansas, planificas tu entrenamiento, etc., ¿cuándo se hará realidad todo el trabajo y tiempo invertido en el gimnasio? ¿Cómo es posible que tus piernas no crezcan si les dedicas el mismo tiempo que al resto de grupos musculares?
Si te preocupa el hecho de que tus músculos no crezcan todos a la misma velocidad, ten en cuenta que no eres el único. Un estudio reciente ha demostrado que una de las razones por las que, por ejemplo, las piernas no crecen tan deprisa como el pecho puede deberse a la biología y a la genética, no a un mal entrenamiento.
Este interesante estudio aparecido en el European Journal of Applied Physiology, examinó el tiempo tardado por el cuerpo en adaptarse al estrés inducido por el ejercicio en las partes superior e inferior. Se diseñó una rutina de entrenamiento para 17 hombres y 20 mujeres e incluyó seis ejercicios para piernas y pecho con 8 a 12 repeticiones por serie, tres días por semana durante 12 semanas. Utilizando ultrasonidos y test de fuerza, los investigadores comprobaron los cambios en fuerza y densidad muscular de las piernas y el pecho, y lo que descubrieron resultó interesante:
Tras 12 semanas de entrenamiento, la fuerza aumentó en un promedio del 19% en extensiones de pierna y press de pecho en los hombres y un 27% en las mujeres. Los investigadores también descubrieron que los incrementos en densidad muscular del torso fueron más grandes y sucedieron antes que los producidos en la parte inferior en ambos grupos durante este periodo de 12 semanas.
Estas noticias son buenas y malas. Buenas porque la ciencia verifica que nuestros músculos responden a distintas velocidades de crecimiento, y malas porque esos músculos responden de manera diversa. Hay que hacer algo por ello. ¡SÍ, DEBEMOS ADAPTAR NUESTRAS RUTINAS A NUESTRA GENÉTICA! Cada uno de nosotros tiene unos genes diferentes. Es posible que haciendo lo mismo, un grupo muscular tarde mucho más en mostrar el trabajo invertido. Debemos darle a cada músculo lo que necesita para crecer, y eso lo conseguiremos cambiando cada poco tiempo nuestros estímulos sobre él, cambiemos de ejercicios, de series, de repeticiones, de cargas, de tiempos de descanso, etc. Y con el tiempo conseguiremos descubrir qué tipo de trabajo es más rentable para cada uno de nuestros grupos musculares.
Pero en resumen, seguid entrenando y variando vuestras rutinas, alimentaos bien, si es necesario suplementaos, descansad lo necesario, y el músculo acabará por surgir

Fuente musculacion.com

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