Hoy queremos resolver una de las incógnitas más habituales que le puede surgir a cualquier asiduo practicante de deporte.
Cada mañana, mediodía y noche, en los gimnasios de medio mundo, se puede oír un sonido peculiar, una especie de rumor, imperceptible a veces para el ser humano… Si escuchas con atención, podrás distinguirlo entre el ruido metálico de las placas al golpear y entre el zumbido continuo de la cinta de correr… Se trata del rugido de los estómagos vacíos, de la gente que se pone a entrenar sin tener nada en el estomago. Existe la creencia popular de que si no tenemos comida en el estomago disponible para ser utilizada como fuente de energía, el cuerpo tirará de las reservas de grasa para conseguir energía.
En principio lo que hemos dicho arriba es cierto, pero es mucho más complejo que esa sencilla pauta, que por otro lado sólo es aplicable a la gente que busca perder peso…
¿Por qué comer antes de un entrenamiento?
La comida previa al ejercicio previene la sensación del hambre durante el ejercicio. Comer una merienda alta en carbohidratos una horas antes de hacer ejercicio te puede dejar con la energía suficiente y un estómago tranquilo para un realizar un gran entrenamiento. Lo bueno de las comidas pre-entrenamiento, es que te permitirán:
- Tener mayor fuerza muscular
- Mejorar la resistencia
- Más energía
- Mayor congestión
- Quemar más calorías
- Mejorar tu concentración
¿QUÉ comer antes de un entrenamiento?
Antes de una sesión de ejercicios, debes de comer algo ligero y que además sea equilibrado. Otra regla que deberías de seguir, es elegir alimentos con alto contenido en fibra ya que es más digerible y nos facilitará el entrenamiento. Lo ideal es combinar en la comida los dos macro nutrientes, hidratos de carbono y proteínas.
Algunas sugerencias pueden ser:
* Zumos de frutas
* Frutas como manzanas, sandías, uvas o naranjas.
* Sándwiches (preferiblemente con pan integral) de: pavo, jamón serrano, jamón cocido, atún, queso fresco, revuelto de huevos…
* Barritas energéticas
* Cereales con leche
* Huevos cocidos
* Frutas como manzanas, sandías, uvas o naranjas.
* Sándwiches (preferiblemente con pan integral) de: pavo, jamón serrano, jamón cocido, atún, queso fresco, revuelto de huevos…
* Barritas energéticas
* Cereales con leche
* Huevos cocidos
Lo que NO debes comer
Cualquier alimento con mucha grasa que sea excesivamente pesado y permanezca demasiado tiempo en el estomago, dificultando la digestión.
Además esta tipo de digestiones pesadas y lentas hacen que impulsan demasiada sangre hacia el estómago para ayudar en el proceso de la digestión y esto puede llegar a causar cólicos y dolor de estomago.
Comer demasiados alimentos minutos antes del ejercicio puede perjudicar nuestro rendimiento o provocar indigestión, pesadez, náuseas y vómitos.
Por otro lado, si hace demasiadas horas que comimos por última vez, lo más probable es que nos sintamos débiles y sin motivación, el tiempo es muy importante.
Nuestro objetivo es tener alimentado el cuerpo con alimentos nutritivos que ya no estén presentes en el estómago durante el entrenamiento. Como hemos dicho lo ideal es entre 60 y 90 minutos (dependerá de personas, algunas pueden llegar a necesitar hasta 120 minutos) para que nuestro cuerpo este lleno de energía tengamos las reservas de glucógeno a tope y podamos obtener el máximo beneficio del ejercicio.
Por último, recuerda que todo el mundo es diferente y es factible que no aciertes tus alimentos ideales a la primera. Es posible que a tu compañero de entrenamientos le venga perfecto un vaso de leche con cereales y a ti te provoque dolor de estomago la lactosa. Lo ideal es experimentar y averiguar cuáles son los que nos dan más energía sin sacrificar el bienestar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario